DAVID MENGUAL – MAITIA

Maitia

Artist : David Mengual

Release Date : November 15, 2011

Label : Quadrant Records

Format : CD

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Dos tríos formados por la flor y nata de nuestro jazz se reúnen en esta aventura singular del contrabajista David Mengual de nombre sensorial: Maitia, «amor» en vasco. Música casi instantánea, libre de toda atadura formal, que fluye lentamente como un inmenso riachuelo; efímera, sencilla pero profunda, que avanza a tientas, con parsimonia; que navega a la deriva.

 

  • David Mengual: double bass, piano
  • Joan Díaz: piano, keyboards, melodica
  • Dani Pérez: electric guitar
  • Giulia Valle: double bass
  • David Xirgu: drums
  • Oriol Roca: drums

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Resulta prácticamente imposible mantenerse impermeable a la carga emocional de Maitia, convirtiendo así en tarea baldía cualquier esfuerzo de análisis aséptico. En esa asociación inevitable que todo oyente establece entre la nueva escucha y todas las experiencias auditivas registradas desde su infancia -y qué importantes son precisamente las de esa etapa precoz- se cimienta la respuesta y el sentido (positivo o negativo) de la percepción. Este disco posee la facultad de pulsar muchas fibras sensibles y despertar recuerdos aletargados de una memoria musical (y pongo como ejemplo Both Sides Now de Joni Mitchell o la pericia baladista de Metheny en If I Could). El cerebro, por los vericuetos que fuere, siempre se debate entre la amabilidad de lo ya conocido y la sorpresa de la novedad. El universo musical de Maitia, el de David Mengual, nos reconcilia con esa amabilidad señalada pero también con un planteamiento renovador que, sin ser vanguardista, sí acaricia con hábiles recursos nuestro lado inquieto. El primer acierto de su obra es tímbrico. Por un lado: el piano y la guitarra no se pelean. El tránsito evanescente y lírico de Joan Díaz engarza a la perfección con el fraseo friselliano o a la Abercrombie de Daniel Pérez. Por otro: la aportación de elementos de percusión (los convencionales y los menos convencionales) refuerza la sensación de una música elevada, situada en algún rincón poco terrenal y que nos conmueve como si tuviésemos la posibilidad de visitar una escena irrecuperable de nuestro pasado. En contraposición a ese planteamiento casi espiritual, el compositor nos muestra también un envés más irónico, a modo de scherzo de su propia obra, de su propia idea, con el sanísimo fin de restarle seriedad al asunto sin por ello mermar su fuste. Con gran acierto esa otra faceta aparece acentuada en los últimos temas, de forma que tenemos la sensación de que aquel castillo emocional se va desmontando poco a poco con suma inteligencia para restablecer también nuestro equilibrio. Y en todo ese viaje, como no podría ser de otro modo, el nervio, el tejido y la raigambre del contrabajo crean constantemente líneas que enriquecen los meros puntos de apoyo con un fluido de marcada personalidad. En los textos del disco -con una cuidada presentación, por cierto- Mengual vislumbra futuras entregas de esta formación. Esperemos que así sea. Quinito López Mourelle, Cuadernos de Jazz (February 2012)

 

El concierto de esta noche en Jamboree (20.00 y 22.00) debería haberse celebrado hace dos años. Por entonces, David Mengual acababa de armar una nueva banda, había metido a los músicos en el estudio y allí mismo les presentó sus nuevas composiciones. Grabaron, mezclaron. El disco, Maitia, estaba listo y el grupo ilusionado. Pero nunca se pudo hacer un concierto de presentación. El proyecto fue pasando por discográficas y acabó encallado en un sello, Adlib Arts, que se desvaneció sin dejar rastro. «Tuve la mala suerte de ir a caer en manos de Martí Perramon, su director, que ha dejado colgados a muchos músicos. Pero la mayor decepción fue no encontrar apoyo en la gente con la que hasta ahora había publicado discos». Dos años después, Maitia ha visto la luz y Mengual puede reunir a su grupo para presentarlo. «Nunca hemos vuelto a tocar todos juntos, ni el día del ensayo. Será muy emocionante». Con Maitia, David Mengual retoma una carrera discográfica que parecía parada y ahora se reactiva, también con el disco Univers Evans al frente de la Free Spirits Big Band, elegida mejor grupo del año por la Associació de Músics de Jazz de Catalunya. «Si no tengo nada que contar, no sé hacer un disco solo por hacerlo. Al principio toqué mucho como acompañante, pero no me sentía a gusto, era más un oficio que una vocación. Decidí tocar menos, pero dedicarme solo a la música que realmente quiero hacer. Perdí trabajos, pero gané en mi relación con la música. Ahora es más auténtica». Se dio a conocer en 1996 con Monkiana, un trabajo basado en el repertorio del pianista Thelonious Monk para el que no usó pianista. «A la gente se le hizo raro, pero me parecía la forma más honesta de tocar esa música. Yo la sentía así». Insiste en que no busca formaciones atípicas a propósito. «Hay muy poco de laboratorio en lo que hago. Me sale así». Desde entonces, sus proyectos han sido poco convencionales. Repertorios que se desdoblaban en trío y noneto, música inspirada en fotografías, un mano a mano cargado de sonidos espectrales con un saxofonista grabado de madrugada. O un arrebatador repertorio para piano, contrabajo y dos baterías que solamente se interpretó tres veces y que Mengual no quiere volver a tocar jamás porque corresponde a un período doloroso de su vida que quiere dejar atrás. «Supongo», admite, «que mi música es autobiográfica y cada proyecto me permite cerrar una etapa de mi vida». Dice que Maitia -en euskera, «algo parecido a cariño»-, estructurado como una traducción musical de la evolución en la vida de una persona, le permitió «estar a buenas con el pasado. Giulia Valle (contrabajista) me dijo: ‘este disco tiene paz’. Así que supongo que he conseguido lo que quería». «BUSCO PERSONAS» / En este proyecto ha reunido lo que sobre el papel son dos tríos -piano, guitarra, dos contrabajos y dos baterías-, pero en la práctica es un grupo muy elástico que se comporta de formas distintas. Mengual escribe cada vez piezas más simples y abiertas a la improvisación, porque son sus músicos los que la completan. «No busco músicos, busco personas. Lo tengo comprobadísimo: según con quién toco, funciona de maravilla, y según con quién, no ocurre nada. No se trata de que sean mejores o peores músicos. La relación personal es la clave». Le acompañan compañeros de largo recorrido como el batería David Xirgu, el pianista Joan Díaz y el guitarrista Dani Pérez, protagonista emocional del concierto. La recaudación se destinará al tratamiento médico de su hijo Alejandro, que sufre un cáncer neuronal. Roger Roca, El Periódico (January 2012)

 

El retorno de David Mengual a la escena jazzistica ha sido por la puerta grande y a lo campeón, con dos discos completamente diferente en objetivos y estilos. Uno en big band reseñado en otro articulo y este de carácter más intimista en formato de doble trío lleno de amigos que se llama Maitia (Quadrant Records), amor en euskera, y que es el que ahora nos ocupa. Dos tríos formados por la flor y nata de nuestro jazz se reúnen en esta aventura singular del contrabajista David Mengual creando una música libre de ataduras formales que se desarrolla de manera casi automática. Es una música que se expande de manera natural y parece fluir, música de carácter efímero pero a la vez con peso y arraigo. Maitia esta llena de musica personal, música intima que esta marcada por hechos autobiográficos que dejan impronta en los títulos del cd: Embrió, Infant, Maitia, Proces, Kaixo Polita (Hola Bonita)/ Souvenir o La Maleta (No Vaig Demanar Neixer)son buenos ejemplos de ello. La música que aquí escuchamos crece y se desarrolla pasando de un estilo a otro con naturalidad sin pedir permisos y desaparece del mismo modo, avanza a tientas con tranquilidad en la mayoría de los temas creando a veces bucles sonoros que te resultan conocidos en algunos temas mientras que en otras ocasiones parece dejarte a la deriva entre intranquilos sonidos. Cuidado con el ultimo tema Equilibris que contiene sorpresa final en forma de tema añadido sin titulo. Según David Mengual “la vocación de este disco es potenciar la complicidad para encontrar un estado comunicativo mas real. Comunicarnos y comunicar nuestro estado de animo y la realidad de nuestras vivencias”. Un interesante disco lleno de música personal, cargada de experiencias autobiográficas, que busca colocarnos ante nuevas perspectivas y que no gustara por igual a todo el mundo. I. Ortega, Distritojazz (January 2012)

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