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La música de Refree funciona –al menos en mi opinión– a efectos retardados: acostumbrados a que la música nos empache de instantaneidad, sorprende que su propuesta más personal se aleje cada vez más de lo previsible y que, en sus últimas entregas, cueste de digerir con facilidad (aunque cuando se consigue la sensación es duradera y única). La música de Refree funciona –al menos en mi opinión– a efectos retardados: acostumbrados a que la música nos empache de instantaneidad, sorprende que su propuesta más personal se aleje cada vez más de lo previsible y que, en sus últimas entregas, cueste de digerir con facilidad (aunque cuando se consigue la sensación es duradera y única). A lo largo de casi media vida publicando discos (empezó a los diecisiete y acaba de rebasar la frontera de los treinta), Raül Fernández ha tenido oportunidad de probar muchos sabores musicales, y para la cuarta referencia de Refree, “Els invertebrats”, ha apostado por la improvisación con unos invitados de lujo, el trío de jazz de vanguardia The Sweet Cut (Giovanni di Domenico, Manolo Cabras y Oriol Roca), con quienes ha experimentado las mutaciones que sus propias partituras podían sufrir. Aunque la instrumentación esencial (piano, contrabajo y batería más las guitarras de Fernández) pueden hacer pensar en un acercamiento al jazz, bajo esta colección de piezas que encajan y desencajan, que implosionan y explosionan en ocasiones dentro de la misma canción (caso de “El puerto de los cristianos”) se esconde la verdadera esencia de su búsqueda musical: la pasión por la canción de autor de aires costumbristas e incluso tradicionales (“El sud”, triple salto mortal –voz más contrabajo– que recuerda la esencialidad de “El noi de la mare” que aparecía en “Inmigrasons”). Jordi Nopca, Mondosonoro (October 2007)
Convertido en uno de los productores del momento, Raül Fernández ha encontrado el tiempo necesario, 5 días en Bruselas, para grabar las canciones que forman su último disco, Els invertebrats, y que vuelven a transportarnos al universo propio de Refree.
Un universo tranquilo y cercano. El espacio donde Fernández aborda temas cotidianos como la ciudad, las porteras, un despertar o los días en que oscurece antes. Todo ello tiene un sitio en Els invertebrats, donde entre canciónes en castellano y catalán Refree va articulando un discurso que se apoya en el acompañamiento musical del trío de jazz The Sweet Cut. Formado por Giovanni Di Domenico (piano), Manolo Cabras (contrabajo) y Oriol Roca (batería), es el conjunto que, en la mayoría de canciones, sustentan la voz de Raül Fernández. Si a eso se le suma la producción del propio Fernández tenemos el espectro sonoro por el que se pasean las canciones de Els invertebrats. Siempre delicada. Siempre buscando el detalle. Así es su música. Esta vez con la novedad de Sweet Cult. A más de uno algunos temas le parecerán demasiado jazzísticos, pero las propuestas de Refree siempre son arriesgadas. Y eso hay que valorarlo. Quizás con unos arreglos más tradicionales hubiese conseguido más adeptos, pero entonces no se trataría de un disco, el cuarto ya, de Refree. Quim García, Indyrock (June 2007)
El cuarto disco de Refree es un disco de pop oculto tras un tenue manto de jazz que lo recubre por completo, ya que Raül Fernández se ha hecho acompañar por el grupo de jazz The Sweet Cut, consiguiendo un disco tan intemporal como bello y tan cosmopolita como personal.
”Els invertebrats” es una suerte de palíndromo, cuyo centro es la portentosa El Sud, que se rodea de dos canciones gemelas y perfectas, para seguir abriéndose en la siguiente cáscara con las cancione más prescindibles, y llegar al final de la onda expansiva con la primera y la última canción, tan buenas como las tres centrales, y tan inolvidables como todo el disco en general. Las canciones, de un divisionismo costumbrista, a veces recuerdan musicalmentea los inicios de Sr. Chinarro -hablo de la gloriosa Una rodillita dos, por ejemplo-, pero como si fueran cantadas por un Parade sin maquinitas, que en vez de oír tanto a Franco Battiato oyera más a Sisa.
Se inicia el disco con una fabulosa Buenos días por la mañana, que en un minuto y veinte segundos de pianos y silbidos deshilachados se convierte en heredera directa de El niño inseminado, lo que te hace ver que estás ante un disco muy a tener en cuenta. Un oficio antiguoy La mestressa, casi más de Parade que de Refree, son buenas, pero viendo lo que viene después, es mejor dejarlas pasar.
Y se llega a las tres canciones centrales, tres canciones que forman un half pipe rápido-lento-rápido resumen de todo el disco. Empieza con Envejece, en la que Raül sigue su recorrido de mañana de domingo en su barrio con una alegría melancólica que ni los Magic Numbers, para bajar el pistón con El sud, magistralmente cantada por Raül con el único acompañamiento del contrabajo de Manolo Cabras, y luego subir con El Sant Sopar, con palmas, moog, fiesta y todo lo necesario para acabar el guateque.
Aunque alguna de las siguientes canciones, como Marlina, pudieran oírse en el programa Área reservada, lo que echa para atrás bastante, el nivel de calidad del disco sigue prácticamente intacto, para acabar al más alto nivel con un poema musicado de Gloria Fuertes, Nana al niño que nació muerto, precioso poema convertido en perfecta canción pop, que seguro hubiera hecho las delicias de Enrique Urquijo, quien tenía en cartera cuando murió un disco de poemas Gloria Fuertes, que quizá, oyendo sus discos con Los Problemas, no hubiera estado tan lejos de loque ha hecho Raül Fernández, una sencilla canción pop con piano y violín.
”Els invertebrats” es un disco que merecidamente estará en un par de meses en todas las clasificaciones de lo mejor del año. PopMadrid (October 2007)